Creadora de “La vida viajando” y de “El viaje hacia adentro». Vivo viajando alrededor del mundo desde el 2013.
Soñadora, viajera, escritora, coach, pero sobre todo una buscadora de mi misma y de las respuestas a las grandes preguntas existenciales.
Nací y crecí en un pequeño país ubicado al sur de América, llamado Uruguay. Desde niña tuve el sueño de viajar por el mundo. Soñaba con conocer lugares, escalar montañas, maravillarme con glaciares, explorar selvas, pero sobre todo, deseaba descubrir cómo vivían en otras partes del planeta, quería compartir con sus culturas y aprender de ellas.
Tenía una vida convencional, y como tal, terminé la primaria, la secundaria, la universidad, y comencé a trabajar de mi profesión.
Me resistía a abandonar mi gran sueño, así que cuando surgió la posibilidad de ingresar a una aerolínea, no lo dude. No tenía nada que ver con mi carrera, pero se asemejaba bastante a lo que mi corazón pedía.
Podría seguir con lo establecido por la sociedad, y al mismo tiempo a través de ese trabajo traspasar fronteras, teniendo el plus del ingreso económico a fin de mes.
El tiempo pasó casi sin darme cuenta… En un abrir y cerrar de ojos se habían ido casi 10 años de mi vida. Esta vez en un trabajo que disfrutaba mucho más que el anterior, pero que no cumplía completamente con lo que era mi gran sueño.
Rutinas, obligaciones, cansancio físico y yo me preguntaba si de eso se trataba vivir… Mi gran sueño había quedado guardado en el cajón de las cosas que serían bonitas que pasaran pero que son imposibles.
Entonces, sucedió el “Milagro que me salvó la vida”.
Era un día como cualquier otro, me levanté, me maquille y me fui a trabajar. Jamás imagine que unas horas más tarde, el avión en el que yo viajaba, me pondría de frente con la vulnerabilidad de mi vida. Ese «MILAGRO» me hizo consciente de que a pesar de ser joven y sana, mi vida podía terminar en cualquier instante.
A partir de ese momento, mi prioridad pasó a ser exprimir cada segundo de mi vida escuchando a mi corazón y tomé la decisión de ir tras mi sueño de niña.
Aún tenía muchos miedos, no sabía como lo iba a hacer, ni tampoco si sería capaz de enfrentar los desafíos que me presentara el camino, pero tenía la certeza de que al menos lo intentaría.
Renuncié a mi trabajo, vendí lo que tenía, me compré una camioneta y salí al mundo.
Hoy hace casi 11 años que vivo viajando. Recorrí todo el continente americano a paso lento. Desde el extremo sur: Ushuaia, hasta llegar a la última frontera: Alaska. Luego inicié viaje por el viejo continente…
En estos años viajando en solitario aprendí a conocerme y las experiencias que viví me fueron moldeando y transformándome en quien quería ser.
Después de llegar a Alaska escribí 3 libros en los que comparto mis experiencias y descubrí mi verdadera vocación en el coaching de vida. Profesión con la que ayudo a las personas a que hagan realidad sus sueños, mientras sigo viajando por el mundo.
Sólo alguien que vive viajando, puede llegar a entender lo que significa «el vehículo» para un viajero.
A lo largo de estos 11 años en la ruta, han sido varias las casitas que me han acompañado.
Para mí, no solamente han sido mis pies, sino que se transformaron en mis compañeras, mi refugio, y el lugar al que llamo hogar.
Son infinitas las experiencias y recuerdos vividos en cada una de ellas, y ocupan un lugar muy especial en mi corazón.
Pero de todas, «La Charrúa», siempre tendrá el primer lugar. Con ella comencé a andar, y fue gracias a ella que atravesé todo el continente americano de punta a punta.
Actualmente Gaia, es mi hogar en el continente americano, y Serendipia lo es en Europa.
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